El encuentro comenzó como se preveía, con el Bayern presionando
la salida de balón y obligando al Arsenal a renunciar a su estilo de juego para
que buscaran balones en largo. Los gunners también salieron a presionar sin
balón pero no con tanta intensidad, y eso beneficiaba al juego del equipo bávaro.
Un tiro desde fuera del área de Schweinsteiger
y la tarjeta amarilla que recibió Dante (se perderá la ida de los cuartos de
final) fueron las acciones más destacadas de los primeros 10 minutos de juego.
El Bayern dominaba el partido pero sin crear ninguna jugada
de peligro que pusiera en apuros a Fabianski. De hecho, su primera gran
oportunidad llegó después de un córner del Arsenal que acabó en las manos de
Neuer. El guardameta alemán sacó rápidamente para montar un contragolpe por la
banda izquierda donde Alaba y Ribery combinaron de manera excelente en una
jugada donde el francés acabó poniendo un centro al segundo palo que Robben
mandó por arriba de la portería visitante. El partido empezaba a coger algo de
ritmo sobre todo por parte del conjunto alemán, que buscaba una y otra vez el
atacar por las bandas. En una de estas, Podolski hizo una falta que le supuso la
cartulina amarilla y que a punto estuvo de convertirse en primer gol del
partido. El libre directo botado desde la banda derecha por Thiago, lo acabó
rematando a gol Javi Martínez, que estaba en fuera de juego. Gol anulado.
A partir de la media hora de juego, el equipo de Wenger subió
un poco su intensidad viendo que podía hacer daño en los contragolpes. Así
llegó una falta peligrosa a favor del Arsenal tras una gran jugada personal de
Oxlade-Chamberlain. Cazorla mandó su disparo contra la barrera y el balón se
perdió por la línea de fondo. El córner lo remató Giroud sin problemas para
Neuer. La réplica para el Bayern la dio Alaba con un tiro que se fue por poco a
la derecha de Fabianski. Tres minutos después fue Mandzukic quien lo intentó
con un remate que se marchó por encima del larguero. Un tiro de Götze desde
dentro del área fue la última ocasión de un primer tiempo que acabó con el 0-0
inicial.
Para el segundo acto, Arsène Wenger retiró a Özil y metió a
Rosicky en un intento de hacer cambiar las cosas. El hecho es que el Arsenal
salió mejor predispuesto en los compases iniciales complicando, no demasiado, a
un Bayern que poco a poco volvió a recuperar el control del juego y que en el
54’ lograría adelantarse con un gol de Schweinsteiger que remató a placer el pase de
la muerte de Ribery. El gol recibido le dio alas a un Arsenal que respondió rápidamente
con un buen gol de Podolski. A partir del empate, los londinenses empezaron a
controlar el esférico, a robar más balones en el centro del campo y a llegar
más asiduamente al área contraria. Pese a esto, el equipo de Guardiola gozó de
una gran oportunidad para rematar la eliminatoria cuando Mandzukic falló en el
control después de quedarse completamente solo delante de Fabianski.
El partido se rompió y el segundo gol pudo haber caído para
cualquiera de los dos equipos. Ambos conjuntos tuvieron varias oportunidades
para marcar el segundo pero no atinaron al definir. El Bayern incluso tuvo una
oportunidad de oro para ganar el partido con una pena máxima que Fabianski le
adivino a Müller. Así pues, el encuentro acabó con empate a uno y con el Bayern
en cuartos de final. ¿El desenlace hubiera sido el mismo de tener al Arsenal a
todos sus jugadores disponibles?
Foto: www.eluniversal.com
Marc Pérez
Twitter: @ksillas_petit
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