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Diamantakos
y Steven Gerrard |
¿Quién diría
que fue un amistoso el partido jugado en Chicago que
enfrentaba al Olympiakos de Michel y al Liverpool de
Brendan Rodgers? Un duelo lleno de intensidad y peleado hasta
el pitido final. Los ingleses venían de decepcionar y perder por 0-1 ante la
Roma y los griegos, de dejar al Milan de Inzaghi a la altura del betún. Salió
enchufado el Liverpool reclamando vendetta debido a la derrota
ante los gialorossi, pero se encontró
con un Olympiakos que eligió los tiempos del partido.
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XI
inicial con 4-4-2 en rombo |
El 11 del
Liverpool traía el debut de dos fichajes y una interesante
puesta en escena con una formación innovadora, el 4-4-2 en rombo.
El veterano Brad Jones en portería. Un desconectado
Glen Johnson en el lateral derecho y José Enrique, en el
izquierdo. Skrtel, fantástico partido el suyo, y Kolo Touré;
pareja de centrales. Steven Gerrard fue el ancla del
rombo del 4-4-2 acompañado por el debutante Emre Can como
interior izquierdo y Jordan Henderson, derecho. Lazar
Markovic, el otro nuevo en la casa, como media punta con mucha
llegada al área rival. Doble punta: Sturridge 9 fijo
y Sterling con más movilidad y movimientos de dentro a fuera para
abrir la defensa griega y dejar huecos al ataque interior del Liverpool con las
llegadas de Markovic, Henderson y Can.
Michel sacó
un 4-2-3-1 pero que, dependiendo de los movimientos de Saviola,
podía cambiar a 4-4-2. Megyeri bajo palos. Línea
de 4 defensiva: Salino, Papadopoulos, Siovas y Abidal. Doble
pivote defensivo N'Dinga-Maniatis encabezado por Saviola con libertad
de movimiento para pisar área desde la media punta. Banda izquierda
para Dossevi, que no dejó de intentar conseguir el empate en
todo el partido, y derecha para Ghazaryen, quienes
estaban constantemente trazando diagonales. 9 que busca
consolidarse, Diamantakos.
LA PRESIÓN
GRIEGA Y LO QUE CONLLEVÓ
Un Liverpool con balón sufría la exhaustiva presión
de Olympiakos y del muro de hormigón que era su doble
pivote defensivo N'Dinga-Maniatis. La presión del Olympiakos
tenía como fin la superioridad númerica en zona, la cual sólo se
podía conseguir con basculaciones muy ordenadas mientras
mantenían cerradas las líneas en el 4-4-2 que formaban ellos
en defensa. En la imagen de abajo podemos ver esta táctica defensiva del
Olympiakos. Esto solamente se podía solucionar con movimientos y
circulación de balón rápida al primer toque para la romper presión
griega, que no dejaba relucir el ataque posicional inglés. De esta manera llegó
el gol del Liverpool -y único del partido- por mediación de Raheem
Sterling. Steven Gerrard metía un pase interior que rompía
todas las líneas de presión del Olympiakos para Sturridge. Este
respondía con un pase al primer toque para el goleador de la noche. Una
jugada rápida y puramente vertical, sin rodeos.
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Olympiakos
en 4-4-2 ganando en superioridad a José Enrique gracias a la basculación del
equipo
Unos 10 minutos después del gol, El Liverpool ya no sufría estos problemas.
Simplemente porque ya no tenía el balón. La presión de Olympiakos
continuaba, pero no la circulación rápida y al primer toque de la pelota. Esto
acrecentó la imprecisión de los pases 'reds' y, con lo cual,
la recuperación de balón del Olympiakos y la posesión de
balón consiguiente. Entre los minutos 15 y 20 del partido se produjo esta
transición que obligó al Liverpool a atacar siempre a la contra.
Este Liverpool sin balón iba concediendo metros pero nunca espacios.
Virtud de su defensa a tener en cuenta que esperaba en medio campo en un claro 4-1-4-1 pero
en momentos extremos de repliegue y achique de espacios se colocaban en 5-4-1, siendo
Gerrard ese jugador que se colocaba entre los centrales.
EL CENTRO DEL CAMPO DE RODGERS
Existe una figura en el fútbol que es la de medio defensivo. Un
jugador que libera a los jugadores ofensivos y da equilibro al
ataque. En Liverpool, desde la marcha de Mascherano, lo más
parecido a un medio defensivo es Lucas Leiva -que jugó más
tarde- y Steven Gerrard, que originalmente era medio
ofensivo pero que con la edad se ha ido alejando del
área y de tareas ofensivas que suponen una fatiga extra para sus piernas.
Veamos las variantes de este Liverpool con Lucas o con Gerrard y
de qué manera fue clave en el partido una vacante en este
perfil.
La salida de balón se produce siempre con
el medio defensivo entre los centrales. Es decir, en lavolpiana.
Pero esta salida de balón la lleva haciendo el equipo inglés desde la temporada
pasada. Con Gerrard, él se coloca entre Skrtel y Touré. Emre
Can retrasa su posición para recibir el pase de Steven y conectar
con Enrique o con Henderson, que da el último pase a los
delanteros. A esto hay que añadir que Sterling también retrasa
su posición para facilitar el tránsito del balón en corto. Con Lucas
Leiva, Henderson llega mucho atrás para ayudarle llegando
a ser el propio Jordan, en ocasiones, el jugador más cercano a la pareja de
centrales.
El equilibro que te aporta un medio
centro defensivo puro a lo que te pueden ofrecer Lucas y
Gerrard no tiene nada que ver. Con Gerrard, Emre
Can y Henderson están muy atados en referencia a atacar y no tienen
toda la libertad que les gustaría para ser medio centros
"llegadores". Can en realidad es un medio centro técnico
y organizador sin excesiva llegada y ofensiva, pero tampoco suele
asumir gran trabajo defensivo por lo que Henderson también
queda atado a labores de recuperación de balón. Con Lucas si
tenían más libertad -pues él es más defensivo que Gerrard- pero aún así, Henderson
seguía atado sin poder lucir su fántastica habilidad para dar el
último pase. Jordan estaba muy atado porque, con Lucas Leiva, Coutinho
y Allen si tenían total libertad para atacar y él debía quedarse atrás
para dar equilibrio al ataque. Esto se podría solucionar trabajando los aspectos
defensivos de Emre Can, haciéndole madurar y asumir galones junto a Steven
Gerrard.
Quería llegar al quit de la cuestión una vez explicado el funcionamiento
del centro del campo del Liverpool. El Liverpool jugó al contragolpe desde
el minuto 20 al 90 con posesiones muy cortas. Las pocas veces que
tenían el balón no lo aguantaban y se limitaban a terminar la jugada cuanto
antes. El Olympiakos controló los tempos y compases del
partido y eligió el ritmo que quería. Durante muchos minutos
no había centro del campo del Liverpool porque no participaba ya que el juego
se limitaba a ir a la contra. Teniendo un centro del campo con
jugadores de perfil más bien ofensivo -sin la figura del medio defensivo-
todo se resumía en atacar y nadie ponía pausa con la mente
fría para aguantar el balón que acababan de recuperar y empezar la jugada desde
atrás, tras varios contragolpes infructuosos. Bravo a Michel y su estrategia pero
no lograron hacer justicia a lo visto en el césped con el marcador.
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Victoria De Julián - @missfooty
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