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martes, 21 de mayo de 2013

Pipita de oro




Como ocurre en cada final de temporada, el nombre de Gonzalo Higuaín es uno de los más habituales en la prensa día tras día en lo que a rumores de fichaje se refiere –sin llegar al nivel de impacto que están teniendo Neymar o Gareth Bale-. 

Incomprensiblemente siempre se postula para ser uno de los que abandonen la entidad madridista al término de cada campaña pese a tener unas cifras goleadoras que más de uno quisiera. El tema es que nunca se es justo con él ya que no es un jugador “estrella” –por decirlo de algún modo- el cual no posee cierta calidad técnica y elegancia en su futbol como si la puede tener Karim Benzema, su competidor por el puesto de delantero desde la temporada 2009-10. Y es cierto, el Pipa no desprende ese aroma de jugador técnico, exquisito en sus movimientos con el cuero, pero de lo que si puede presumir es de su lucha incansable por cada balón, por defender el escudo del equipo que le dio su primera oportunidad en Europa cuando apenas contaba con 19 años. Y eso parece que no es suficiente en frente a lo que siempre se le haya achacado desde que fichó por el Madrid, su falta de gol en las citas importantes. La última, ante el Borussia Dortmund.


El Pipita no lo tuvo nada fácil desde que llegó después de que la entidad presidida por Ramón Calderón pagara 12 millones de euros a River Plate por su traspaso –en ese momento también llegarían Fernando Gago y Marcelo Vieira-. Su llegada coincidió con la salida de Ronaldo que puso rumbo a San Siro para jugar en el Milan. Poco a poco Fabio Capello –que era el entrenador por aquel entonces-, le fue dando minutos a los que él respondía con la máxima entrega pero sin el premio del gol pese a sus numerosos intentos. Fue entonces cuando recibió las primeras críticas del respetable y surgió la odiosa comparación con Ronaldo Nazario con lo que se originó el “Igualín que Ronaldo” (jugando un poco con el apellido del argentino).


Mientras algunos le criticaban como si no hubiera mañana, otros consideraban algo lógico que un chico de 19 años, recién llegado a un club de la magnitud del Real Madrid, tuviera cierta presión y por ello no pudiera convertir sus oportunidades en gol. Pese a ello, y a parte de su indudable entrega sobre el verde, ya se le veían cositas de lo que sería en el futuro, gestos técnicos y movimientos de un verdadero “9” que no obtenían el premio del gol pero que a muchos ojos empezaron a enamorar. Y es cierto que en su primera media temporada como “merengue” solo consiguió anotar dos goles, pero que dos goles!


El primero de ellos, y por tanto, su primer gol como jugador madridista lo anotó en el derbi frente al Atlético de Madrid en el Calderón en un partido donde el equipo dirigido por Capello necesitaba puntuar para no perder comba respecto a un Barça que se iba en la clasificación. Se adelantaron los “colchoneros” tras el gol de Fernando Torres – que rompió ese día con la maldición que tenía ante Casillas-. Entonces apareció Higuaín para definir ante Leo Franco tras una asistencia mágica de Antonio Cassano.

El segundo y el que mejor le define como el jugador que es, fue diez jornadas después ante el Espanyol con un resultado final de infarto que acabó con un 4-3 para los madridistas. Ese 12 de Mayo del 2007 se produjo la remontada más épica de la temporada tras remontarle al equipo “perico” un 1-3 que ponía muy cuesta arriba el partido para los madridistas que de este modo veían como se les escapaba la liga en el 34’ de partido. Entonces, un Madrid jugando con más corazón que cabeza sacó la casta y el coraje necesario para remontar el partido. Raúl recortó distancias para que luego Reyes empatara el partido. Y cuando todo parecía que se iba a resolver en un empate, apareció la figura de Gonzalo Higuaín en el 88’ tirándose a por un balón que tenía perdido en banda derecha para hacer una pared con Reyes y batir por bajo a Kameni. Era el 4-3. El Santiago Bernabéu exploto de alegría, y todo gracias a la fe de ese chico de 19 años al que muchos habían criticado y que sin saberlo, con ese gol les daría el liderato para a la postre alzarse con el campeonato liguero.




Con aquel histórico gol lleno de garra y fe, el Pipita empezó a ganarse el cariño de la parroquia blanca, algo en lo que también ayudó las dos asistencias, una a Reyes y otra sirviendo un córner que remataría Diarra, en el último partido de Liga ante el Mallorca para que el Real Madrid se proclamara campeón de Liga. En la siguiente temporada, el argentino fue bastante criticado por su número de errores a la hora de definir pese a que anotó 9 tantos, uno de ellos hizo campeón al Madrid en la remontada ante Osasuna en el Sadar. Pero la evolución que tuvo en las dos siguientes campañas le valió para meterse en el bolsillo de una vez por todas –al menos es lo que parecía- a su afición. En la 2009-10 consiguió anotar 24 goles en 45 partidos convirtiéndose así en el mayor activo del equipo en una temporada de olvido para el equipo blanco. En la siguiente consiguió su mejor registro goleador, 29 goles en 40 partidos, que una vez más no le sirvieron a su equipo para conseguir título alguno.


En la siguiente campaña y cuando más en forma estaba, una hernia discal le haría perderse todo lo que quedaba de temporada aunque acortó los plazos de recuperación de 6 a 4 meses para reaparecer en la famosa victoria del Sporting de Gijón en el Bernabéu por 0-1. Acabó con 13 goles en los 25 partidos que tan solo pudo jugar y parecía que no acababa de recuperar su mejor forma y ya se especuló con una salida del club blanco.


Finalmente no se marchó y ayudó al equipo José Mourinho a batir todos los records goleadores para ganar la 32ª liga blanca con una aportación de 26 goles en 54 partidos. Después de finalizar su segunda mejor temporada, en lo que a números se refiere, volvieron con fuerza los rumores que le situaban más fuera que dentro del Real Madrid y parecía que su destino iba a ser el PSG. Finalmente, y con el mismo desenlace que en las anteriores ocasiones, se quedó en la capital de España acabando con todas las especulaciones posibles.

Y bien, en esta temporada que ha resultado ser algo convulsa en el club de Concha Espina y en la que no se ha ganado ningún título, Gonzalo el Pipa Higuaín lleva 16 goles a falta de dos partidos para la conclusión de la campaña 2012-13. Por tanto, parece bastante previsible que no llegue a la cifra de los 20 goles. Pero eso no ha sido lo que le ha “matado”, si no el partido de vuelta de Champions League ante el Borussia Dortmund y en el que erró tres ocasiones bastante claras para adelantar al equipo blanco que debía remontar el 4-1 de la ida. En la segunda parte, fue substituido por Benzema y parte del público le silbó por sus errores ante la portería alemana. Se le criticó duramente en los días posteriores al partido, justo en el momento en el que su nombre volvió a salir a la palestra de los ya habituales rumores de fichajes y salidas antes de que acabe la temporada.


La realidad es esta. Parece que en el seno del club se quiere vender a uno de los dos “9” del equipo y Benzema no será porque es muy del agrado de Florentino Pérez. Por tanto, parece que el que debe salir es Higuaín, un jugador que entiendo que no se sienta valorado ni por el club ni por la afición pero que a pesar de ello ha luchado a muerte por defender unos colores como pocos lo han hecho estos últimos tiempos. La afición puede demostrar su descontento cuando el jugador no rinde a su mejor nivel, pero el club debería arroparle (como a cualquier otro jugador) cuando lo esté pasando y mal y demostrar que verdaderamente se le valora. En mi modesta opinión, creo que eso se lo ha ganado a pulso.



Marc Pérez, @ksillas_petit













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