Los swans vuelan
alto en este inicio de temporada en la Premier
League. Y es que después de 11 jornadas marchan en la 5ª posición con las
mismas unidades que el 4º clasificado, el West
Ham, además de estar por encima de equipos como el Arsenal, al que derrotaron en la última jornada, el Manchester United, el Liverpool, el Everton o el Tottenham.
Juegan bien, compiten y divierten. Algunos comparan su esplendido arranque con
el de la temporada 2012-13, la misma en la que Michael Laudrup llevó al Swansea
a ser campeón de la Capital One Cup
para posteriormente pasearlo por Europa.
Por el momento, su actual técnico Garry
Monk ya ha conseguido superar el inicio que tuvo el equipo dirigido
entonces por el preparador danés, pues suma 5 pts. más que entonces. Además, la
eliminación en la Copa de la Liga
permite al cuadro galés centrarse de pleno en la competición doméstica, al
menos hasta que arranque la FA Cup.
En cualquier caso jugar dos competiciones –luego habrá que ver la prioridad que
le da al torneo copero- puede ser bastante asumible para un equipo compensando
en todas sus líneas. El club se movió con mucha astucia en el mercado estival y
ahora está recogiendo los frutos que sembraron al tomar decisiones tan
acertadas como el apostar definitivamente por Ki Sung-Yueng o el regreso de Gylfi
Sigurdsson. Los dos han vuelto al Liberty
Stadium para ser los motores del equipo, y de momento están cumpliendo
notablemente con las expectativas.
Ki Sung-Yueng, el
reloj coreano
Llegó en la 2012/13 procedente del Celtic de Glasgow, donde marcó 11 goles y repartió 15 asistencias
en los 87 partidos que jugó en el club católico. En su primera campaña como
jugador del cuadro galés jugó 29 partidos, por lo que era uno de los
importantes para Micahel Laudrup.
Sin embargo, la temporada siguiente se tuvo que marchar cedido al Sunderland porque con las llegadas de José Cañas y Jonjo Shelvey ya no entraba en los planes del danés. Y ahora, con Garry Monk en el banquillo, el coreano vuelve
a ser una pieza clave de la plantilla, pues tan solo se ha perdido un partido
de Premier de los once que se han
jugado. Su rol pasa por ser el termómetro del equipo, el que pone la pausa
necesaria y temporiza el juego. Es muy
técnico, lo que le da facilidad para dar salida al balón y distribuirlo con
criterio. Además recupera muchos balones en campo propio y llega con frecuencia
a área contraria. Su única pega es a la hora de finalizar, pero bien, para
meter goles ya están otros.
Gylfi Sigurdsson, un
regreso triunfal
Su primera etapa en el Swansea
(2011/12) fue en calidad de cedido por parte del Hoffenheim dando bastante buen rendimiento, pues aunque tan solo
jugó 18 partidos fue capaz de marcar 7 goles y repartir 5 asistencias. La
campaña siguiente abandonó la Bundesliga
y firmó por el Tottenham, con el que
jugó las dos últimas temporadas. En White
Hart Lane siempre contó tanto para André
Villas-Boas como para Tim Sherwood,
pues sus 83 partidos jugados así lo demuestran. Pese a ello, el islandés no fue
capaz de rendir a su mejor nivel y es por ello que decidió volver al Swansea en una jugada maestra del club
galés. Los swans vendieron a Ben Davies al Tottenham en una operación que trajo de nuevo a Sigurdsson al Liberty Stadium. Y la catalogamos de jugada maestra visto el
rendimiento que está dando en este primer tercio de temporada, donde ha metido
2 goles –el último un libre directo escandaloso frente al Arsenal- y lo más importante, ha dado 7. Con Garry Monk actúa de media punta, desde donde se convierte en el
nexo de unión entre los centrocampistas y los delanteros. Suma llegada,
potencia y una visión privilegiada en los últimos metros, algo que agradece
muchísimo Wlifried Bony.
Marc Pérez
Twitter: @ksillas_petit
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