No hubo sorpresas en la
rueda de prensa convocada por el Real
Madrid, donde su presidente anunció la destitución de Carlo Ancelotti como entrenador del primer equipo sin aportar
argumentos sólidos de porqué se echa a uno de los mejores entrenadores que han
pasado por el Santiago Bernabéu en
los últimos tiempos.
La ausencia de títulos en este 2015 ha condenado al
técnico italiano tras dos temporadas al frente del club blanco con el que ha
conseguido cuatro títulos, todos durante el 2014; Copa del Rey, Supercopa de Europa, Mundialito de Clubs i el más
importante, la Copa de Europa, la
gran obsesión del madridismo y sobre todo la de su presidente desde que Fernando Hierro levantará la Champions de 2002 en Glasgow. Ni la consecución de La Décima le ha servido al bueno de Carlo para evitar ser el séptimo
entrenador que destituye Florentino
Pérez en sus dos etapas como máximo mandatario de la entidad de Concha Espina, pues José Antonio Camacho presentó su
dimisión al inicio de la temporada 2004 tras ver el panorama que había dentro
de la plantilla de Los Galácticos.
Tampoco ha sido suficiente el respaldo de la plantilla, encabezada públicamente
por sus capitanes, ni el de la afición. Florentino
pasa de todos y de todo, y así nos va.
Caso
parecido al de Del Bosque
Antes de que aterrizara
en Madrid, a Carlo Ancelotti se le comparó con Vicente Del Bosque por su templanza, su señorío y sobre todo por
ser un entrenador con muy buena mano para dirigir vestuarios plagados de
estrellas, algo que le ha llevado a tener uno de los mejores currículums de
todo el panorama futbolístico. Lo que nadie podía imaginar es que al italiano
le iba esperar un destino exactamente igual al del actual seleccionador
español. El salmantino fue destituido al término de la campaña 2002/03 tras
ganar el título de Liga y también la
novena Copa de Europa, trofeo ya
mencionado anteriormente, que ganó la temporada anterior. Una vez más se ha
demostrado que no importan los títulos que hayan podido ganar ni lo bien que
hayan podido hacer jugar al equipo, si hacen un año en blanco están
sentenciados. Presión extra para el nuevo entrenador más allá de la que supone
entrenar a un club de la entidad del Real
Madrid.
Los errores de Ancelotti
Evidentemente el ex
entrenador del PSG ha cometido
algunos errores durante el ejercicio que acaba de finalizar y que le han
llevado a no ganar nada y al consecuente despido. La pésima gestión a la hora
de confeccionar la plantilla ha sido el mayor problema del cuadro merengue a parte de las importantes
lesionas que han sufrido algunos de los puntales del equipo, dos hechos que van
de la mano y que no necesariamente tienen en Ancelotti al mayor de sus culpables porque aunque lo podemos intuir
nunca sabremos el poder de decisión que tienen los entrenadores para Florentino Pérez, mientras que en la
plaga de lesiones algo tendrá que decir el preparador físico Giovanni Mauri.
En el primero de ambos
casos vale decir que Ancelotti sí
tiene su parte de culpa, ya que fue él quien decidió no reforzar el centro del
campo como se necesitaba confiando únicamente en Toni Kroos para que fuera el medio centro puro del equipo pese a no
tener las cualidades necesarias para llenar el hueco que dejó Xabi Alonso, y también fue él quien
decidió no rotar hasta el mes de Abril.
Esto último ha ido destapando la falta
de confianza en jugadores como Illarramendi,
Lucas Silva -desde Enero-, Jesé
(que a día de hoy sigue acusando la lesión) o Chicharito. Es cierto que el Madrid
hizo uno de los mejores inicios de temporada que se le recuerdan jugando el
mejor fútbol que se haya podido ver durante bastantes años en el Santiago Bernabéu, pero también es
cierto que no iba a poder mantener ese nivel durante toda la temporada y para
entonces necesitaría a todos y cada uno de los integrantes del banquillo.
El bajón blanco comenzó en
Noviembre con la lesión de Luka Modric
y continuó con las de James, Marcelo
y Sergio Ramos ya en pleno mes de
Diciembre. El croata volvió a principios de Marzo y el equipo empezó a
recuperar parte del buen nivel que había tenido en el primer tramo de campaña.
Sin embargo, el ex del Tottenham
volvió a caer en el dique seco, seguramente por la carga de minutos que le dio Ancelotti después de haber pasado una
lesión tan importante, junto a Gareth
Bale y Karim Benzema justo antes
de afrontar el partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions ante el Atlético de Madrid. A parte, jugadores como Kroos e Isco empezaban
acusar el desgaste físico tras haberlo jugado prácticamente todo. Quién sabe qué
hubiera pasado si Ancelotti hubiera
decidido hacer rotaciones desde el principio. Igual no se hubieran producido
tantas lesiones y todos habrían llegado enchufados al tramo decisivo en el que
se deciden los títulos. Igual Ancelotti
seguiría siendo hoy entrenador del Real
Madrid.
Volviendo a lo referente
a la falta de confianza hacia ciertos jugadores del banquillo, no son pocos los
que se preguntan por qué Casemiro
está en el Oporto cuando Illarramendi no ha contado para nada en
toda la temporada. Y no vale la escusa de que cuando ha salido no ha cumplido –el
encuentro en Dortmund aún le pasa
factura por lo que se ve- porque un jugador como él necesita jugar con
regularidad y no 20 minutos cada cinco partidos. Pero claro, tras costar 40
millones en qué situación hubiera quedado el club y su presidente de haber sido
él el que hubiera tenido que salir del equipo. Desde este punto de vista
tampoco se entiende el fichaje de Lucas
Silva. El brasileño llegó en el mercado de invierno para cubrir las
lesiones de Modric y Khedira. ¿No hubiera sido mejor confiar
en algún canterano para evitar gastarse 15 millones que a día de hoy no parecen
haber estado bien invertidos? Más que nada porque estaba cantado que cuando
volviera el croata iba a desaparecer de los planes de Ancelotti. E incluso sin él, Ramos
fue la primera opción antes que el ex jugador de Cruzeiro y que el propio Illarra.
En definitiva. Ancelotti ha cometido errores muy
graves en esta la que ha sido su segunda y última temporada al frente del Real Madrid, errores que él mismo
podría haber solucionado de cara a la temporada 2015/16 para seguir
construyendo los cimientos del cambio de ciclo que anunció en la rueda de
prensa posterior a la victoria del pasado 24 de Mayo de 2014 en Lisboa.
Sin identidad
El mayor problema del
Madrid no es que Florentino cambie
cada una o dos temporadas de entrenador, que también, sino que el club no tiene
un estilo propio ni sabe a lo que quiere jugar. Es decir, no hay una misma
filosofía para la cantera y el primer equipo, aspecto que facilitaría la
elección del perfil de entrenador que más le convendría al club. Pasamos de Pellegrini a Mourinho, de Mourinho a Ancelotti y ahora seguramente pasemos
de Ancelotti a Benítez. Estamos hablando de cuatro técnicos que para nada
comparten una misma idea de juego y de entender el fútbol, son muy diferentes.
Todos son grandes entrenadores sí, pero si no se les da tiempo para que
desarrollen su proyecto es imposible que el Madrid encuentre su identidad.
Parecía que con la
llegada de Ancelotti la cosa
empezaba a cambiar. El italiano había sido el gran sueño de Florentino incluso en su primera etapa al
frente del club hasta que por fin pudo ficharle. Y no le falló. Llegó,
consiguió que el equipo jugara su mejor fútbol en años y le trajo La Décima. Sin duda ha hecho más
méritos que Manuel Pellegrini y que José Mourinho para no ser destituido,
pero finalmente ha tenido el mismo final que sus dos predecesores.
Lo primero que dijo Florentino Pérez tras ganar las
elecciones en 2009 fue que no iba a cometer los mismos errores que había tenido
en su primera etapa y que le llevaron a presentar su dimisión después de la
derrota por 2-1 frente al Mallorca
en Son Moix. Con la destitución de Ancelotti podemos decir sin temor a
equivocarnos que no, que no ha aprendido de sus errores e incluso podemos ir
más allá, los sigue cometiendo. Es un maestro en las finanzas, eso no lo puede
negar nadie, pero para ser presidente de un club de fútbol se necesita algo más
que saber hacer números.
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